Las cápsulas, píldoras y pastillas son muy comunes en la medicina convencional, pero también pueden prepararse en casa de forma fácil, y aunque requieren más tiempo que el empleado para preparar un té o un jarabe, no es complicado. Estas preparaciones son una forma adecuada de administrar hierbas medicinales cuando el sabor es desagradable, ya que no pasan por las papilas gustativas, o pasan rápidamente, aunque a veces sí puede sentirse un poco. Las cápsulas, que son básicamente envolturas, suelen ser alargadas y fáciles de tragar. Las píldoras son redondas y pequeñas, y se les puede agregar polvo de sabor dulce, como el de cocoa, para hacerlas más agradables al paladar. Las tabletas son hierbas comprimidas que se combinan con excipientes, como aglutinantes y aditivos, para que los materiales no se desprendan entre sí, pero son poco prácticas para hacer en casa. En cambio, puede elaborarse pastillas, que combinan hierba en polvo, azúcar y una sustancia mucilaginosa (viscosa)...
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